Luz de mi vida
Aunque el maligno levante barricadas contra mi fe, Señor,
sé que Tú andas metido en la urdimbre de todos mis acontecimientos;
sé que todo ocurre en el mundo bajo la luz de tu mirada;
sé que nadie da un paso sin que Tú lo dispongas o lo permitas;
sé que cuanto sucede lo habrás proyectado Tu para bien de tus escogidos;
sé que nos has perdido la ilusión de que yo suba en tu camino;
sé que, para esa subida, en mi peregrinar de santidad, contaré contigo todos los días.
Haz, Señor, que sienta todo esto hasta en lo más profundo de mi ser;
haz que lo viva de forma que todo ese «saber» sea la luz de mi vida.