Etapa VIII:Itinerario del peregrino de Cristo

I. NUESTRA META SUPREMA

Ser del grupo de auténticos apóstoles que lleven a los jóvenes a los pies de Cristo. La conquista de las almas se lleva a cabo por minorías que actúan sobre las masas; a mayor virtud sobrenatural se requieren menos Apóstoles; a mayor virtud sobrenatural es más eficaz su influjo.

Queremos ser luz copiosa para los jóvenes en tinieblas.
Queremos ser sal no desvirtuada para los jóvenes corrompidos.
Queremos ser fermento eficaz para los jóvenes indiferentes.
Queremos ser guías de jóvenes que peregrinen hacia la santidad.
Nuestra misión es ésta: conquistar; conquistar; conquistar siempre.

II. NUESTROS CAMINOS: Piedad, estudio, acción.

  • A. PIEDAD: METAS PARTICULARES
    1. Conservaré y defenderé a Cristo que está en mi alma por la vida de la Gracia. Los medios son:
      • Ser centinela para avizorar y ahuyentar los peligros.
      • Luchar, a brazo partido, cuerpo a cuerpo contra el mal.
      • Orar frecuente, confiada y perseverantemente. Mi mejor oración es mi actuación en la Misa. Mi mejor abogada en la oración, mi Madre Corredentora y Mediadora de todas las gracias.
    2. Desarrollaré a Cristo en mi alma. Los medios son:
      • La Gracia sacramental: haré fructificar mejor el Bautismo y la Confirmación que me hicieron miembro y soldado de Cristo; recibiré con más asiduidad y fervor la Penitencia y la Eucaristía. Sin Eucaristía no se puede vivir.
      • El estudio de Cristo. El que le desconoce, no puede ser conscientemente su miembro.
      • El mérito personal, adquiriendo virtudes genuinamente cristianas.
      • Buscaré en todo la voluntad de Dios: para Él, sólo una respuesta: “Si, Padre”.
      • Amaré la Cruz: soy hijo de un Cristo incómodo.
      • Me entregaré a la caridad: sin ella, seré lo que sea, pero de Cristo, no.
      • Defenderé como un alcázar mi pureza; y la pureza, como la nieve, baja de lo alto.
      • Querré a la mujer con el amor-tipo: como Cristo ama a su Iglesia. Así; sólo así, siempre así.
  • B. ESTUDIO: METAS PARTICULARES.
    1. Voy a conocer al Cristo personal, por el Evangelio la Tradición; y al Cristo Místico en la auténtica historia de la Iglesia y en los documentos pontificios. La palabra y la actitud de Roma será mi palabra y mi actitud.
    2. Voy a dar de lado esa literatura desleída, fofa, de vulgarización: Los seleccionados por Cristo deben ser espíritus selectos: a mayor desarrollo de Cristo, mayor conocimiento; mis fuentes serán la Sagrada Escritura y las normas pontificias.
      Voy a reflejar esas enseñanzas en mi vida: mis brazos y mi corazón vibrarán al ritmo de mi mente, llena de Dios.
  • C. ACCIÓN: METAS PARTICULARES.
    1. Imprimir en todas las almas de los jóvenes de Mallorca a Cristo: El miembro que no hace discurrir la vida a la Cabeza, o es miembro acéfalo, o atrofiado, o enfermo. El joven que no actúa es un viejo de veinte años.
      Y hay que evangelizar aún sin esperar la capacitación completa del conquistador; de otra suerte, Cristo andará siglos padeciendo de sed.
    2. La técnica de conquista de las almas: Es una lucha violenta entre Cristo y el mal. Exige tres cooperaciones: la divina, siempre indispensable y eficaz; la del pecador, indispensable, pero no siempre eficaz; la del apóstol, ordinariamente necesaria, pero no siempre indispensable ni eficaz.
      Al final de la lucha, el apóstol de A.C. es responsable, como lo es, en su orden, la Jerarquía, no del éxito sino de la falta de cooperación humana y sobrenatural, en la ejecución de las directrices que los pastores propongan.
    3. Mis armas son:
      • Echar mano de todos los medios humanos, como si de ellos dependiese el triunfo.
      • Las manos cruzadas no son manos de Cruzados.
      • Hasta con simpatía iré abriendo surcos al bien.
      • Distribuir a diestra y a siniestra la palabra y el sentir de Cristo. No soy cisterna hueca, sino fuente que salta.
      • Orar pidiendo la cooperación de Dios y del pecador. Las rodillas de los Centros son tremendas catapultas contra el mal.
      • Sufrir por Cristo y las almas todos los sacrificios. Todas las victorias bajan de una Cruz.
      • Romper, con nuestra acción, esa muralla de prejuicios de los que no vienen porque no sabemos qué hacer.
      • Tener ante el peligro, prudencia audaz; ante el combate, firmeza invicta cimentada en Dios; en el uso de las armas, dulzura y amor.

Somos herederos del Apóstol del “Possumus”.
¡Podemos! Porque Dios ayuda y Santiago.
¡Podemos! Con Sta. María de Lluch.

Sebastián Gayá Riera
1946