Testimonio del Padre Mario Sanguinetti
Testimonio del Padre Mario Sanguinetti
Sacerdote. Asesor Eclesiástico del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de Valparaíso. Chile
Me tocó vivir 18 años en España, adonde llegué en 1945 enviado por mi Congregación a realizar estudios, donde me ordené sacerdote en Peñafiel, el 14 de marzo de 1954 y donde una semana después, el 21 de marzo celebré mi 1ªPrimera Misa en Madrid. Ordenado sacerdote, debí permanecer en España por 9 años más, siendo designado como Director de Filosofía del Seminario de Mieres, y posteriormente como Superior del Santuario de Santa Gema en Madrid, en donde estuve hasta el año 1963.
Es este período tuve la oportunidad de conocer, entre otros, a un personaje que de alguna manera resultaría providencial en mi vida sacerdotal y apostólica, y el cual, hasta el día de su muerte, el 23 de diciembre de 2007, sería mi gran amigo y confidente, el Padre Sebastián Gayá.
El año 1956, cuando injusta y arbitrariamente debiera sufrir el alejamiento de las actividades de Cursillos en Mallorca y la condena a guardar silencio respecto de estos y, a consecuencia de ello, trasladarse a Madrid, llegó un día al Santuario de Santa Gema a preguntarme si lo autorizaba para decir allí su Misa diaria, petición que acogí inmediatamente, asignándole todos los días la Misa de las 8,00 h. y los domingos la de las 11,00 h.
A las pocas semanas, me llamó la atención el poder de convocatoria que empezaban a tener las Eucaristías por él presididas, por lo cual decidí empezar a frecuentarlas, me bastaron una o dos para aquilatar su santidad, la riqueza de sus palabras y su testimonio de humildad y de amor y de fidelidad incondicional a la Iglesia, iniciándose a partir de allí una profunda, entrañable y larga amistad.
Sin embargo, respetuoso del silencio que le había sido impuesto con respecto a los Cursillos, nunca me habló mayormente de ellos. Solo cuando en 1963 mis superiores decidieron mi retorno a Chile, al despedirnos me comentó: «Si algún día en su patria oye hablar de los Cursillos de Cristiandad, conversémoslo».
Cinco años más tarde, entre el 1 y el 4 de Noviembre de 1968, cuando el Señor me llamó a Cursillos, y me llevo a vivir el 2º Cursillo de Hombres de Valparaíso, se activó esa verdadera «bomba de tiempo» que Sebastián había dejado plantada en mí, la que explotó definitivamente cuando en el 1er Cursillo de Dirigentes de Chile, celebrado en Chillán, entre el 8 y el 11 de enero de 1970, el Padre Cesáreo Gil nos contará la historia de los orígenes del Movimiento y el rol que le había correspondido en ellos a Sebastián, al mismo Sebastián que había acogido en nuestro Santuario, al mismo Sebastián que como Director de Operaciones de la Comisión Católica de Migraciones en Madrid, me había invitado tantas veces a dar retiros con él a las jóvenes que viajaban a Australia en la entonces llamada «operación Marta».
Quisiera invitarlos al terminar este acontecimiento recordatorio, a recoger el desafío que nos hiciera Sebastián en el acto de recepción a los jóvenes mallorquines que volvían desde la Peregrinación a Santiago de Compostela, cuando ese 3 de Septiembre de 1948, desde los balcones del Ayuntamiento de Mallorca, en medio de la euforia generalizada y recogiendo el espíritu de aquel momento les señalara: «Si durante años nuestra consigna fue “A Santiago, Santos”, a partir de ahora que sea esta otra: “Desde Santiago, Santos y Apóstoles», y a que como lo dijera Mons. José Ángel Saiz, Obispo de Tarrasa y Presidente de la Fundación Sebastián Gayá, en la Misa de exequias de Sebastián: «Yo me permito recomendar hoy de su parte un añadido: “Desde Santiago, Santos, Apóstoles y unidos”. Unidos para poder ser creíbles en la misión, unidos para poder alcanzar la santidad».
Ceremonia en memoria del P. Sebastián Gayá y de Eduardo Bonnin
Parroquia de Nuestra Señora de Lourdes en Viña del Mar. 4 de abril de 2008
Un paso más hacia el proceso de canonización
Un paso más hacia el proceso de canonización
El Postulador de la Causa de Canonización de Mons. Sebastián Gayá, Carlos Mora-Rey, ha entregado al Delegado Episcopal, Alberto Fernández, los documentos necesarios para que el Sr. Cardenal Arzobispo de Madrid, D. Carlos Osoro, compruebe y evalúe la fama de santidad y de signos, y podamos continuar la Causa con los siguientes pasos.
Damos gracias a Dios por este nuevo avance en el proceso.